viernes, 19 de noviembre de 2010

TORTURA Y SOCIEDAD

TORTURA Y SOCIEDAD
Eliana Torres Hernández

La tortura se ha utilizado a lo largo de la historia de la humanidad, desde el comienzo de las civilizaciones. Es utilizada muy frecuentemente por el gobierno de la mayoría de países, incluso se puede decir que la tortura esta institucionalizada y hace parte de la fuerza pública[5].

La tortura es una forma de extrema violencia que “consiste en la aplicación deliberada y sistemática de dolor a una persona” [7] con diversos objetivos, principalmente, obtener información o confesiones, mediante la destrucción físico-psicológica de la persona, junto con la paralización y supresión de grupos sociales [2, 5, 7]. En Colombia, se utiliza como persecución política, parte de la instrucción de la fuerza pública obtención de confesión o información, sometimiento de la población carcelaria y personas secuestradas, mecanismo de discriminación, represión de protesta social, control social y siembra de terror[2]. Esta afectación físico-psicológica además de la víctima, afecta a la familia y el grupo social activo que se busca paralizar [2, 5, 7]. Teniendo en cuenta lo anterior, es un proceso que requiere una planeación minuciosa, saber a quien, cómo, en dónde se le va aplicar, etc.[2, 7].
Además de llegar a los límites de la resistencia humana, la tortura, busca mandar un mensaje simbólico con el fin de sembrar miedo, intimidación, y ejercer presión para someterse a cambio de evitar el dolor, evitar el castigo.

La tortura inicia con el encarcelamiento o secuestro de la persona, seguido por el método de tortura (física, psicológica o sexual), aquí es de importancia el desarrollo de la ciencia y las tecnologías, sobre todo en las torturas psicológicas (no dejan huellas físicas) como la privación del sueño, suspensión de estímulos sensoriales, alimento y restricción de sus necesidades fisiológicas, junto con las amenazas; el cambio de ritmos biológicos, la humillación, técnicas de comunicación, narcosis, entre otros [4, 5].
Una vez la persona no le es útil al victimario, proceden a matarlos y desaparecer el cuerpo, o en los casos en que la persona recupera su libertad presenta la desintegración de su personalidad que lo conlleva a la adicción o el suicidio. Estos efectos de la tortura perduran a través del tiempo, debido a que el victimario logra ingresar en la subjetividad de la víctima y es una sombra permanente, pues la víctima suele revivir la experiencia tanto durante el sueño como la vigilia [5].

Es preocupante que en Colombia, en el año pasado se haya registrado un aumento en el uso de la tortura, y que en la mayoría de los casos haya sido atribuido a la fuerza pública, y demás entes partícipes del conflicto armado (50.6% agentes estatales que posteriormente incrementaron a un 80.2% debido a la política de “seguridad democrática”, 42% paramilitares y 7.4% guerrillas: estudio en 2003-2008; y siendo aún más preocupante la impunidad que siempre sobresale en todos estos casos (siendo importante el código penal militar, la Ley 975 de 2005 y el uso de otras violaciones a los DDHH que camuflan la tortura como ejecuciones extrajudiciales, masacres, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, reclutamientos forzados y tomas de rehenes) [2, 5]. Siendo de especial atención los niños, la población carcelaria, femenina (violencia sexual), LGBT [2]. Al igual que la población de los departamentos de Antioquia, Valle del Cauca, Tolima, Cauca y Magdalena, aunque se han reportado casos en 30 de los 33 departamentos del país, siendo de especial importancia los departamentos de Arauca, Putumayo, Caquetá, Chocó, Guaviare y Magdalena con respecto a la relación entre los registros de tortura comparados con la población y que hacen parte de las zonas de mayor intensidad del conflicto armado [2].

Como consecuencia de la tortura, se padece del estrés postraumático agudo o crónico retrasado. Estos se manifiestan con estados emocionales perturbados, junto con síntomas cognitivos, vegetativos o disfóricos según la persona. Como en medio del proceso, la persona fue obligada a comportarse de manera muy diferente a su forma de actuar, pensar y sentir, se desarrollan sentimientos de culpabilidad, depresión, venganza, ansiedad, desesperanza y miedo constante [5]. La impotencia, perdida de libido y perdida de la autoestima y autorespeto son otros de los síntomas de mayor relevancia [5].

Es muy importante el reintegro a la sociedad de las víctimas de tortura, junto con el derecho a la reparación integral de las víctimas, por esto se les debe hacer psicoterapia (para reparación y recuperación emocional), manejar las crisis, hacer duelo de los efectos postraumáticos y recuperar su salud mental [2, 6]. Al igual que es de importancia tener en cuenta la existencia de organizaciones y entidades activas en contra de la tortura en Colombia e internacionales como la Coalición Colombiana Contra la Tortura, Centro de memoria, paz y reconciliación de la Alcaldía Mayor de Bogotá, Consejo Internacional de Rehabilitación de Víctimas de Tortura (IRCT), la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT), Convención contra la Tortura de Naciones Unidas y la Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura [1-7].


Referencias Bibliográficas
   1. Centro de memoria, paz y reconciliación de la Alcaldía Mayor de Bogotá. www.centromemoria.gov.co/tortura
   2. COALICIÓN COLOMBIANA CONTRA LA TORTURA. Informe alternativo sobre tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes. Colombia 2003-2009. ARFO Editores e Impresores Ltda.; 2009.
   3. Consejo Internacional de Rehabilitación de Víctimas de Tortura (IRCT). www.irct.org/Default.aspx?ID=4986
   4. MANUAL DE TORTURAS DE LA CIA LAS ENSEÑANZAS QUE VIENEN DEL NORTE. En: el Centro de Estudios Miguel Enríquez-Archivo Chile (CEME). 2005
   5. Márquez, O. TORTURA, DOLOR PSÍQUICO Y SALUD MENTAL. CODHEM. Se encuentra en: http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/derhum/cont/37/pr/pr25.pdf
   6. Martin, C.; Rodríguez-Pinzón, D.; La Prohibición de la Tortura y los Malos Tratos en el Sistema Interamericano. MANUAL PARA VÍCTIMAS Y SUS DEFENSORES. Serie de Manuales de la OMCT; Vol. 2.
   7. Paz, O. A. La tortura, efectos y afrontamiento (estudio psicosocial). ECAP (equipo de estudios comunitarios y acción psicosocial), colección psicología social. Guatemala: F&G Editores; 2004. Se encuentra en: www.ecapguatemala.org/img/pdf/tortura.pdf

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