viernes, 19 de noviembre de 2010

AUDICION

UNIVERSIDAD DEL ROSARIO

HABILIDADES EN LECTO-ESCRITURA

JUDY BENAVIDES



AUDICIÓN



RESUMEN



La audición, como un proceso, es fundamental en la comunicación temprana y el desarrollo del lenguaje. Para comprender los canales y estructuras relacionados es necesario conocer la anatomía que comprende este importante proceso fisiológico, y la relación que tiene (anatomía-audición) para llevar a cabo sus respectivas funciones. Las causas de la pérdida de audición son variadas, y pueden estar asociadas con varios tipos de síndromes craneocefálicos entre los que cabe resaltar el síndrome de Pfeiffer, en el cual pueden estar presentes los dos tipos de pérdida auditiva (Conductiva y Neurosensorial), de manera individual así como conjunta.



INTRODUCCIÓN



La audición, además de considerarse un proceso fisiológico, podemos clasificarlo dentro de los sentidos propiamente dichos, además, podemos asegurar que dicho proceso es de vital importancia, ya que no permite un acercamiento sensorial al mundo externo que nos rodea. Su ausencia o daño, bien sea total o parcial, nos llevará al deterioro de la comunicación y con ello al aislamiento social, y con ello a la disminución de la calidad de vida de la persona afectada. Como fue mencionado anteriormente, existe una relación estrecha entre la anatomía y la fisiología del proceso auditivo, dicha relación debe ser entendida y comprendida para poder así logar un mejor desarrollo del tema.



SISTEMA AUDITIVO



Anatómicamente hablando, sabemos que el órgano de la audición es el oído (externo, medio e interno), pero para llevar a cabo esta importante tarea (audición), dicha estructura debe contar con una serie de “subestructuras” (descritas posteriormente) que le permitirán cumplir con su labor de manera adecuada. Si revisamos la fisiología de la audición veremos que el sonido es recibido inicialmente por el pabellón auricular, que gracias a su forma permite capturar y amplificar las ondas sonoras, posteriormente, el sonido viaja por el conducto auditivo externo y hace vibrar la membrana del tímpano, transmitiendo el sonido en forma de energía mecánica, mediante la acción de palanca de los huesecillos, generando así, la entrada de la platina del estribo en la ventana oval.



Posteriormente al suceso de vibración en la ventana oval, la energía mecánica es trasmitida por los líquidos del oído interno (Perilinfa y endolinfa) a la cóclea, donde la energía mecánica se convierte en energía eléctrica en forma de impulso nervioso gracias a las células ciliadas que encontramos en el aparato de Corti, esta información va a viajar por el nervio vestíbulo-coclear hacia el sistema nervioso central. Del caracol de la cóclea, podemos afirmar que tiene una organización tono-tópica, lo que quiere decir que existen áreas determinadas, para frecuencias determinadas, lo cual determina el lugar a donde va a llegar la energía del exterior. Ya en el cerebro, la información, es analizada e interpretada por la corteza auditiva como sonido en su forma final.



La audición es posible, gracias a dos mecanismos: Conducción aérea, que compromete la transmisión del sonido por el aire, y por ende al conducto auditivo externo. Y la conducción ósea que ocurre por los huesecillos del oído medio (Martillo, yunque y estribo).



Sabemos que la audición es un sentido muy importante, y la pérdida de esta trae al individuo dificultades para desenvolverse en el medio en el que se encuentra, además de limitar su percepción del mundo, le impide la comunicación verbal, cuando es una sordera de nacimiento y le dificulta su expresión articulada si es una sordera adquirida. Aunque hoy en día se han implementado métodos para mejorar la calidad de vida de las personas que han tenido pérdida parcial o total de la audición, hay que reconocer que esta no se recupera del todo, y por lo tanto no podemos afirmar que la percepción auditiva, será igual que para el resto de las personas con una audición normal. Por esto cabe resaltar algunas de las causas y/o factores involucrados en la pérdida auditiva.



Entre las causas más importantes de la pérdida auditiva resaltamos cuatro. La primera, “el trauma acústico, puede ser agudo o crónico, se genera por sonidos percusivos extremadamente intensos o la exposición repetida a sonidos menos espectaculares pero no obstante intensos.” La segunda es la infección del oído medio, que bien se puede dar por factores virales, microbianos o bacterianos. La tercera son los agentes ototóxicos, en la que se incluyen los antibióticos aminoglucósidos y el ácido etacrínico y la ultima la presbiacusia, que es la pérdida auditiva asociada al envejecimiento, puede surgir en parte del daño aterosclerótico de la microvasculatura y por predisposiciones genéticas.1



Cuando se habla de pérdida de la audición, encontramos dos tipos, puede ser conductiva o neurosensorial. Hablamos de pérdida conductiva cuando hay una lesión en alguna o algunas de las estructuras que comprometen la transmisión del sonido como energía mecánica; es decir, antes de su transducción. Y se habla de una pérdida auditiva nerviosa o neurosensorial, cuando la lesión compromete estructuras relacionadas con la transmisión e interpretación del sonido en forma de energía eléctrica (Impulso nervioso).



La pérdida de audición conductiva se ha descrito en síndromes como Apert, Carpenter, Crouzon, Saethre-Chotzen y la sinostosis sagital no sindrómica, entre otros. Estos trastornos han sido generalmente atribuidos al pobre funcionamiento de la trompa de Eustaquio, estructura reguladora de la presión, presumiblemente relacionado con anomalías estructurales del paladar, aunque también puede presentarse por la malformación de los huesecillos del oído o anomalías del conducto auditivo externo.



El síndrome de Pfeiffer a pesar de ser un síndrome cráneo cefálico, el cual se caracteriza por Craneosinostosis, proceso mediante el cual las suturas craneales se presentan en una edad más temprana de lo normal, generando así una imposibilidad para el crecimiento del cráneo y la cara, la pérdida de la audición no se considera una característica bien definida, ya que el individuo puede presentar o no, una hipoacusia, ya sea de tipo conductual o de tipo nerviosa. Y en algunos casos puede llegar a presentar los dos tipos de pérdida auditiva.



CONCLUSION



El cuerpo humano, así como todas las creaciones de la naturaleza, es realmente maravilloso y perfecto, un sentido tan importante como lo es la audición también cuenta con una serie de estructuras anatómicas que funcionan de manera ideal para llevar a cabo su función y de este modo entregar al individuo una percepción del mundo, basada en los sentidos, como afirmaba Aristóteles. Para comprender como se lleva a cabo es necesario entender cada una de sus estructuras, pero conocer su funcionamiento no solo nos permite ilustrarnos sobre esta interesante función, sino que también nos provee un conocimiento importante para prevenir la pérdida o distorsión de esta función, y del mismo modo entender el porqué de la alta frecuencia de la pérdida de la audición en la actualidad.





REFERENCIAS



• Purves, D. Neurociencia. Tercera edición. España; Panamericana, 2006.

• Desai, U.; Rosen, H. Mulliken, J.B.; Gopen, Q.; Meara, J.G.; Rogers, G.F.; Audiologic findings in pfeifer syndrome. The journal of craniofacial surgery; 2009, vol. 21. Pág. 1411

• Holt, J.R.; Corey, D.P. Ion channel defects in hereditary hearing loss. Neuron. 1999. 22: 217-219









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